acá el silencio se convierte en sonido (reírse siempre, más allá de todo, y otras cosas por el estilo)
diciembre 02, 2010
sobre balcón
Mientras escribía balcón, el tío Ruben (mi tío abuelo que me cae bien). Yo lloraba mientras escribía y miraba el mar y pensaba y todo lo demás, así que me sequé las lágrimas rápido y puse cara de no pasa nada. Mi tío me preguntó cómo estaba y esas banalidades de la vida, y me preguntó si estaba escribiendo una poesía, y yo le dije que algo así, y él me dijo que entonces me dejaba sola. Yo creo que se dio cuenta de todo, y esa noche sentí que entre todo el ruido, la gente y el quilombo que había del lado de adentro del vidrio que separa lo que está adentro de lo que está afuera, mi tío fue el único que se dio cuenta que no estaba mal por estupideces relacionadas con la fiesta de egresados si no por otra cosa, que me salí al balcón porque estaba mal de verdad y prefería estar sola en vez de con un montón de personas hablándome de cosas de las que no tenía ganas de hablar, que la fiesta de egresados fue una excusa para poner cara de orto e irme de ahí, que todas las cosas por las que me pongo mal ahora son excusas para llorar sin que me rompan las pelotas.
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