De repente, me agarró un ataque de felicidad sin sentido. No sé si específicamente felicidad, mejor digamos buen humor. Me agarró un ataque de buen humor que nada tiene que ver con vos ni con
vos ni con nada ni con nadie. No tengo ganas de llorar. Tengo ganas de no sé, dejar el masoquismo por un momento y tener un rato de Smecancia.
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