El piso rojo naranja ladrillo. Una mancha negra, un chicle viejo supongo. La mugre, el polvo arruinando la perfección roja, el gigantesco charco de sangre. La gente a mi alrededor, sintiendo (creo). El profesor leyendo, a veces me gusta, a veces se hace demasiado el copado. Al fondo, un poco a la derecha, la sangre cae, constante, roja. La herida está abierta y no para de sangrar, no la puedo coser, no la quiero coser. A veces le tiro alcohol, no sé por qué, es al pedo, es mentira que desinfecta y cura y todo lo demás: la herida no cicatriza, no se cura, se infecta todavía más y sangra, sangra con la esperanza de sacar afuera todo lo malo, el dolor, el pasado que me martilla la cabeza gritando que antes todo era mejor, que nada dolía y que si dolía no importaba porque había algo más, una luz azul bañándolo todo con su brillo brillante, con lo maravilloso de su ser, de su esencia perturbada pero hermosa. Y a mi alrededor el mundo, la gente, nadie se da cuenta que ahí, al fondo un poco a la derecha, hay alguien sangrando y manchando el piso rojo. Supongo que la sangre se camufla con el piso, no sé. O capaz que aprendí con el tiempo a ocultar mis sentimientos, a no mostrar lo que me pasa para que cuando no tengo ganas de hablar la gente no me pregunte, para no tener que hacerle entender al resto del mundo que mientras ellos son felices con su puto amor hermoso apestoso yo estoy acá, sangrando, como una idiota infeliz que no sabe para dónde ir, que no sabe qué tiene que hacer para volver a la normalidad, para que todo vuelva a su lugar, pero que todo vuelva a tener sentido como antes.
2 de noviembre de 2010, 12:06hs. Esto es lo que escribía en la hora de Picardo cuando no podía para de escribir.
3 comentarios:
Tu entrada me hizo acordar a esta canción:
Todo camino puede andar
Todo puede andar...
Con esta sangre alrededor
no sé que puedo yo mirar
la sangre ríe idiota
como esta canción
¿ante qué?
Ensucien sus manos como siempre
Relojes se pudren en sus mentes ya
y en el mar naufragó
una balsa que nunca zarpó
mar aquí, mar allá
En un momento vas a ver
que ya es la hora de volver
pero trayendo a casa todo aquél
fulgor
¿y para quién?
Las almas repudian todo encierro
las cruces dejaron de llover
sube al taxi, nena
los hombres te miran
te quieren tomar
ojo el ramo, nena
las flores se caen, tienes que parar
Ví las sonrisas muriendo en el
carrousell
Vi tantos monos, nidos, platos de
café
platos de café, ah
Guarda el hilo, nena
guarden bien tus manos
esta libertad
ya no poses, nena
todo eso es en vano
como no dormir
Aunque me fuercen yo nunca voy a decir
que todo tiempo por pasado fue mejor
mañana es mejor
Aquellas sombras del camino azul
¿dónde están?
yo las comparo con cipreses que ví
sólo en sueños
y las muñecas tan sangrantes
están de llorar
y te amo tanto que no puedo
despertarme sin amar
y te amo tanto que no puedo
despertarme sin amar
¡No! nunca la abandones
¡No! puentes amarillos
Mira el pájaro, se muere en su jaula
¡No! nunca la abandones
Puentes amarillos, se muere en su jaula
Mira el pájaro, puentes amarillos
Hoy te amo ya
y ya es mañana
Mañana
Mañana
Mañana
Las heridas cierran tarde o temprano, son necesarias, de lo contrario no podríamos ver la sangre que nos indica que estamos vivos. Si no sangraras no estarías vomitando todas estas palabras que te ayudan a destrabar toda esa energía negativa que tenés acumulada. Yo creo que tenés que dejarlo ir, dejar tu sangre correr. Y en caso de que este sea el final, una vez leí que 'morir vivo debe ser incomparable'.
Todos sangramos para que, en medio del flujo, del torrente inútil, del estrago húmedo... dejemos de sangrar, apoyando los dos dedos contra los cantos de la herida.
Saluditos Fila.
Pd. acepto su propuesta.
Gustome! siga exteriorizando esa oscuridad hasta que aclare.
Besooos
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