Antes que nada, esta es la entrada número seiscientos, y me gustaría poder regalarles algo feliz en esta ocasión, pero no es así. So here I am..
Me quedo acá, sola, atrás de toda la gente, escuchando, llorando un poco. Miro al piso, hay una mancha roja. Otra vez sangre que escapa de mi ser, que huye de todo el quilombo que hay adentro mío.
Miro la puerta, no puedo evitar mirar la puerta. Espero que aparezcas en algún momento, pero ¿por qué habrías de venir a acá, ahora?. Escupo el veneno, me escondo un poco más atrás de la gente y vuelvo a mirar la puerta. Pero vos no aparecés y yo sigo sangrando, llorando y escupiendo el veneno mientras vos estás por ahí, quién sabe dónde, quién sabe con quién.
28 de noviembre de 2010, 19:03hs.
Y ahora acoto que me cansé de que en alguna parte de mis escritos aparezca algo como quién sabe dónde estás, y con quién, o cosas así. Eso suena asquerosamente patético, desesperado o resentido, y no estoy tan mal (creo). Suena como si no te importara un choto mi existencia, pero aunque sea un choto te importa, lo sé.
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