Hoy fui a comprar ropa, cosa que no suelo hacer seguido porque nunca tengo el capital necesario para concretar dicha tarea. Como sea, la cosa es que con Anita fuimos a ver ropa, y mamá dijo que iba más tarde con la plata (la muy hache-de-pe no confía en mi capacidad de no perder plata). Cuestión que vi una muy bella camisa rayada en la feria de diseño que hay en Essenza, pero cuando más tarde fui con mi mami, OH RAYOS, se la habían llevado :( (si, no consideré reservarla o algo por el estilo porque la idea me pareció re pelotuda. Yo y mis ideas) En fin, estaba la misma camisa con otro estampado, pero a mi me gustaba el estampado de la que yo quería comprar, como era de esperarse. La cosa es que no había ninguna otra cosa que me guste que sea por el estilo. Así que me decidí por comprar una de las dos polleras que había visto en otro de los puestos: las dos tenían exactamente la misma forma, pero una era azul y roja y estaba hecha con una tela rara muy copada, y las otra era azul y blanca con un estampado raro, y con detalles color pseudo fucsia.
Me probé una, después la otra.
Me las probé una vez más.
Me miré cuarenta mil veces en el espejo viendo como se veía una encima mío, como se veía la otra.
Me miré con las polleras dobladas a la mitad, la mitad de una a la derecha de mi cuerpo, la mitad de la otra a la izquierda.
Pero no sabía cual elegir, y no soy millonaria como para comprar ambas dos (o casualidad, Ambas2 era el nombre de la marca).
Así que aquí estoy. No me compré nada. Voy a meditarlo toda la noche, y mañana veo si compro alguna de las dos, las dos con mucha suerte, o ninguna.
Conclusión: Ma, cuando me paras de nuevo (del verbo parir) haceme menos indecisa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario