Ocasiones en las que el arte y estudiar Lógica tienen que dejarse para después.
Son ocasiones extrañas en las que, luego de pensarlo mucho, hasta podemos llegar a la conclusión de que la otra persona tiene el estado de conciencia alterado por alguna que otra sustancia prohibida. Pero no importa. Porque esa persona cortó con la novia.
Y siempre que una persona físicamente agraciada corta con la novia, una se alegra.
Sobretodo si tuvo un pequeño; ínfimo contacto, aunque sea a través de una pantalla, con el sujeto en cuestión.
Y se olvida de el papel higiénico anti-moda.
Y de Lógica.
Pero es feliz y se pone a escuchar Tiger Army, con la esperanza de que dicha banda de Psychobilly la saque de su laguna de identidad.
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