¿Te acordás cuando sonreías mucho, siempre, todos los días, porque estar viva era razón suficiente para sonreír? Y la gente te miraba sonreír tanto y nadie sabía por qué, y siempre había alguno que no te creía cuando le decías que no habías fumado nada, que vos eras así naturalmente, que siempre te reías. No había sujetos con nombre de Doritos y cabellera azul, en el mundo pasaban cosas feas, no tenías una vida perfecta (ni querías tenerla), pero igual sonreías y el mundo no entendía por qué, y vos le explicabas que porque sí mundo, porque nada es tan terrible como para llevarse todas las razones para sonreír, porque estabas bien y te esforzabas por seguir bien a pesar de todo. ¿Me vas a decir que sólo por una persona tiraste todo eso a la basura y te metiste en un pozo oscuro y sin sonrisas ni cosas amarillas?
15-junio-2011
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