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julio 18, 2010

without a use

Definitivamente, soy inútil. Lo peor de todo no es que soy inútil, sino que soy inútil (o por lo menos me siento inútil) para las cosas que me gustan. Cuando hacía patín artístico, convengamos que era bastante queso, pero le ponía onda. Tocar el bajo me cuesta mucho, aunque creo que no tiene que ver con mi inutilidad sino con que es físicamente imposible que yo toque el bajo debido a mis pequeñas manos y mis cortos dedos. Pero lo peor, lo más doloroso, es mi inutilidad para la danza. No voy a decir que bailo mal, que no bailo mal. Pero también sé que no bailo lo suficientemente bien como para ser una bailarina profesional. Sobretodo sino tengo ganas de bailar en pelotas y ser un cacho de carne para los pajeros que me vean. Así que nada, eso nomás.
(Sí, últimamente tengo esos días de "la puta madre no voy a poder").

2 comentarios:

una señorita muy aseñorada dijo...

Yo siempre dije "Yo voy a ser buena bailarina no por mi técnica o por mi línea, sino por mi originalidad"
Solo te puedo decir que ser bailarina es, como todas las cosas en la vida, una cuestión de actitud.
Obviamente que entra la parte técnica xd pero te digo que sería mucho peor si no tuvieras actitud, porque la técnica y eso se aprende(?) lo otro no :D

Nico dijo...

Igual esta actitud esta buenisima.
Lo positivo es que pasan los días y volves a la actitud de sí puedo. Catarsis, que le dicen.
Suerte.