acá el silencio se convierte en sonido (reírse siempre, más allá de todo, y otras cosas por el estilo)
julio 04, 2010
Anoche
fue todo muy bizarro. Nos reímos, bailamos, cantamos, gritamos, comimos, tomamos, jodimos, prometimos cosas, hicimos confesiones comprometedoras, agarramos las cosas que salieron de adentro de la piñata que le hicimos a Meli. Me acuerdo de haber estado bailando en el living y, de la nada, estoy abrazada al inodoro. Pero no sé cómo ni cuándo fui de un lado a otro. Sé que dije boludeces y cosas muy cursis. Estaba tierna y adorable, según Meli. Pregunté como diez veces si había fumado, si se habían llevado las botellas. Hay cosas que no sé si las dije, las pensé o las soñé. Hoy a la mañana tuve muchas dudas existenciales, como si Marcos había fumado (cosa que no hizo), y todavía tengo un montón más. Hace nueve años que no vomitaba, y anoché cagué mi abstinencia de expulsar todo lo que tenía adentro. Pero más allá de ese detalle asqueroso, la pasé muy bien. Fue muy divertido. Fue la manera perfecta de dejar atrás la semana de la muerte. Fue muy fuck yeah fisura.
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2 comentarios:
Una noche de farra no te convierte en dios
Yo nunca dije que soy dios
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